La Fundación Gustavo Dudamel apoya el primer Día de la Música de los premios Nobel

Los Premios Nobel son los premios más prestigiosos del mundo que reconocen los logros más altos en Ciencia y Cultura. La entrega anual de los premios en Estocolmo culmina con un concierto de gala especial que une culturas y disciplinas mediante la música. El pasado mes de diciembre, el concierto fue dirigido por Gustavo Dudamel, cuya apasionada defensa del poder de la música para unir, sanar e inspirar, refleja los ideales humanistas de Alfred Nobel. Para la ocasión, Dudamel y la Real Orquesta Filarmónica de Estocolmo presentaron un programa musical que destacaba el vínculo entre la música y la ciencia: la sinfonía “Júpiter” de Mozart y el poema épico de Richard Strauss Also Sprach Zarathustra. 

Mientras se encontraba en Estocolmo para participar en la Semana del Nobel, Dudamel dio un discurso sobre el Futuro de las Artes y la Educación en el Museo Nobel, participó en un debate sobre las artes y las ciencias con el ganador del Nobel en Física de 2004 Frank Wilczek y se dirigió a los distinguidos invitados del concierto de los Premios Nobel, entre los cuales se encontraban ganadores actuales y anteriores de premios Nobel, sus Majestades, el rey Carl Gustaf y la reina Silvia de Suecia, y una audiencia global de cientos de miles de personas que vieron el evento en vivo por televisión o Internet. 

Fragmento de la presentación de Dudamel: 

Alfred Nobel creó estos premios dirigidos a las disciplinas científicas y literarias con el objetivo de reconocer los logros alcanzados en dichas áreas, según escribió, "Para el máximo beneficio posible de la humanidad". 

Con demasiada frecuencia, el arte y la ciencia compiten entre sí para obtener recursos. Pero eso, creo yo, es un error. Debemos aprender a entender estas disciplinas como empresas relacionadas en nuestra búsqueda para comprender mejor y experimentar nuestro mundo. 

Muchos de nuestros niños mejorarán la humanidad a través de la ciencia, y todos deben fortalecerse, aprendiendo los límites de sus cuerpos a través del deporte. Todas estas habilidades son importantes. Pero las artes son igualmente vitales. El arte es la educación del alma. Sin el arte, el espíritu humano se insensibiliza y perdemos contacto con los poderes de creatividad e imaginación que desbloquearán los descubrimientos e innovaciones del mañana. 

Los próximos avances transformadores en la tecnología, en la medicina, en la economía, en las ciencias ambientales y, por supuesto en las artes, dependerán de saltos creativos de imaginación que llevarán a los humanos a nuevas dimensiones de pensamiento. El arte libera la imaginación, fomenta el riesgo creativo y la expresión personal exploratoria —herramientas sin las cuales no tendríamos nada— desde vacunas contra la polio hasta la inteligencia artificial. 

Ahí es donde se encuentran el mundo de la ciencia y el arte, y por qué creo que el Premio Nobel, como símbolo mundial del ingenio humano y la innovación, también puede ser un símbolo para los líderes y los jóvenes del mundo de los beneficios de invertir en las artes, para nosotros mismos, para nuestro futuro y, en el espíritu de Alfred Nobel, "para el mayor beneficio de la humanidad". 

Junto con la Fundación Hilti y El Sistema Suecia, la Fundación Gustavo Dudamel se enorgullece de haber apoyado un Día de la Música de los Premios Nobel, el viernes 8 de diciembre. Como parte del evento, se realizaron presentaciones musicales en comunidades de Suecia desde la mañana hasta la noche, que culminaron en el Concierto de los Premios Nobel esa noche. Para destacar aún más el compromiso de Dudamel con la creatividad, el aprendizaje y el compromiso social, la Fundación Dudamel y sus socios también reunieron un grupo de jóvenes en Estocolmo con representantes de los cinco continentes y de más de una docena de países para conformar una "Orquesta del Futuro". 

Dudamel invitó a colegas profesionales de la Orquesta de Cámara Mahler, la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela y la Sinfónica de Gothenburg a Estocolmo para que entrenasen y guiasen a estos jóvenes músicos de todo el mundo y ensayó intensamente con el grupo. La "Orquesta del Futuro" interpretó la Serenata para Cuerdas de Tchaikovsky y un adagio de La Guerra de las Galaxias: el Despertar de la Fuerza, adaptado por John Williams para la ocasión, en una recepción de gala especial en honor a los Premios Nobel y a los ganadores del Nobel 2017. 

Al día siguiente, la "Orquesta del Futuro" visitó las instalaciones de El Sistema Suecia en Södertälje, una comunidad de bajos recursos ubicada en las afueras de Estocolmo. Un grupo de jóvenes provenientes de Hong Kong, Los Angeles, Bolivia, Portugal y Groenlandia, entre otros, visitaron Södertälje, realizaron una presentación e interactuaron con otros jóvenes en esta comunidad diversa y de bajos recursos. La experiencia fue muy conmovedora y coronó una semana inolvidable en la que se destacó la capacidad única de la música para construir puentes y fomentar la paz, la diversidad y la comprensión. 

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